La mayoría de las veces, muchos de nosotros hemos cometido errores a la hora de asignarle el precio a los servicios que ofrecemos; (sean estos de manera física en hogares, oficinas, o espacios donde seas contratado para realizar cambios) incluso, la mayoría de las veces, debido a la inseguridad en su mismo proyecto, nos hemos limitado a analizar los precios que ofrecen otros profesionales en el área y bajar de ahí un 10% o 20% nuestros precios, con la esperanza de captar una mayor cantidad de clientes.
Esto se debe principalmente al miedo de que, por falta de experiencia, potenciales clientes decidan abstenerse de contratar o recibir sus servicios. Sin embargo, es importante recordar que competir por precios no es una muy buena estrategia de marketing, pues siempre habrá alguien que ofrezca el servicio más económico que tu. No te digo que esté mal fijarse en los precios de la competencia, pero esta no debería ser la razón principal para fijar tus propios precios.
Lo que podemos aplicar es un poco más simple:
- Tendría bien claro cuál es tu motivación real para emprender.
- Decidir tu especialización.
- Definir los servicios a ofrecer.
- Fijar el precio a cada servicio.
- Calcular cuántos servicios tienes que vender para llegar a mi objetivo.
Usualmente, uno de los problemas más grandes ocurre en el proceso habitual que hacemos en nuestros proyectos; Tener claro lo que vamos a ofrecer, colocarles un precio orientativo, pero el resto del trabajo es improvisado, sin ningún tipo de ‘Norte’ o pasos específicos que debemos dar para lograr el éxito en nuestros negocios.
El problema de esta situación es que al pasar los días nos sentimos asfixiados, con la sensación de que no estamos recibiendo acorde al esfuerzo que damos, que pasamos demasiadas horas trabajando y el pago por nuestros servicios se vuelve insuficiente en la relación tiempo-ganancia.
Por eso, si tienes pensado ofrecer servicios o si ya los ofreces pero sientes que no estás cobrando lo suficiente, siéntate a organizar a profundidad tu negocio, traza claramente los objetivos que deseas lograr en plazos largos, por ejemplo, los anuales, y segmenta los requerimientos para lograrlo en meses y semanas y plantéate acciones diarias que guíen a tu negocio hacia donde lo estás proyectando, el trabajo de cada día realmente es lo que construye el éxito.
Mientras este lo realices con la máxima calidad, siempre tendrás opciones de establecer tus costos, debido a que, tienes a tu favor algo que es muy complicado encontrar en estos tiempos: La constancia.
Es hora de trabajar felices!!
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