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ג׳ במרחשוון ה׳תשפ״ה (04/11/2024)
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El Autosabotaje como rival a vencer para un Emprendedor

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Todo caso de éxito comenzó a partir de una idea que antes no existía. Expertos, visionarios o simplemente personas que llegaron a la meta, tuvieron como base principal el enfoque y el no desistir de esa luz que llegó a su mente en un debido instante. Ahora bien, ¿Por qué en el mundo hay más ejemplos de ideas que no prosperaron porque simplemente sus autores no siguieron adelante? Muchas de las respuestas a esa interrogante van de la mano con una falta de herramientas necesarias que no todos han sabido dominar a lo largo de la historia.

Centrándonos en un contexto donde la base es el emprendimiento, independientemente del nivel en el cual se ponga la lupa, la gran mayoría de casos en los que sus creadores no persiguieron su objetivo inicial hasta el final fue debido a que tuvieron tendencia a escuchar más a las voces negativas (críticas, cuestionamientos, etc) que convencerse a sí mismos de hacer prosperar su negocio a como diera lugar. A esta tendencia, se le denomina autosabotaje.

¿Qué es el autosabotaje y cuáles son sus causas más comunes?

En psicología, este término no es más que la tendencia a sabotear u obstaculizar por nosotros mismos la consecución de nuestras metas, objetivos y/o logros por medio de automanipulaciones inconscientes. Son muchos los factores que pueden llevarnos a caer en dicho bucle, como por ejemplo la autoestima baja, el miedo al fracaso o a los cambios, inseguridad, falta de motivación, ausencia de metas, entre otros.

¿Por qué es importante para un emprendedor saber identificar el autosabotaje?

La primera piedra en el camino que debe sortear cada emprendedor es la posibilidad de que propiamente desista de su idea inicial. Todo nace del pensamiento y la forma en la que juega un papel fundamental a la hora de continuar o no. Es casi seguro que, en algún momento, algún razonamiento negativo llegue a la cabeza y allí es donde está el punto clave del asunto.

Siguiendo este orden de ideas, es casi inevitable no sentir preocupaciones antes de hacer pública una idea o invertir económicamente en algún proyecto. Y esto no quiere decir que ese punto en particular sea negativo, sino que más bien responde a un mecanismo lógico que ayuda a tomar mejores o peores decisiones. El problema está en cuando el emprendedor deja envolverse completamente por esto y va perdiendo las ganas de seguir adelante con la idea.

Ahora bien, llegados a este punto, resulta pertinente exponer algunos de los escenarios o pensamientos de autosabotaje son importantes detectar y no dejar que afecten a una dinámica positiva de trabajo:

‘’Es demasiado tarde para iniciar’’. Hay algo que hay que dejar claro: nunca es tarde para hacer algo en la vida, como comenzar un negocio, casarse o tener hijos. La edad no es un límite para mejorar o dar pasos hacia adelante y, por tal motivo, desprenderse de esa excusa es vital para no perder el norte. Hablar de cuándo se es más joven o más viejo para realizar alguna actividad es subjetivo y, si al caso vamos, figuras como Vera Wang o Stan Lee tuvieron sus primeros casos de éxito a los 39 años.

‘’No tengo los equipos necesarios’’. Ciertamente es importante contar con buenas herramientas tecnológicas para posicionar una idea de negocio. Sin embargo, en una era netamente digital y con opciones para todo tipo de presupuestos, nunca dejará de haber alguna opción para empezar. Sistemas de ventas, manejo de redes, diseño gráfico, entre otros, son servicios que son accesibles. Lo importante siempre será ser hábil.

‘’Creo que mi producto fracasará’’. Es muy difícil determinar, antes de sacar un proyecto a la luz, qué tanto éxito tendrá. Al final, serán los clientes y consumidores que darán ese diagnóstico final, es decir, entrar en el mercado es algo indispensable y no guardar la idea. Existen métodos para ser más hábil o preciso, por lo cual es vital tener fortaleza y seguir adelante. El fracaso solo es tal cuando no deja un aprendizaje que permita hacerlo mejor después.

Desde Mamá Mía 360, te decimos, sé tu mismo, confía en tus habilidades, no desmayes, si sientes que mirar a los que van delante, no los mires, ve a tu ritmo, pero lo importante es que inicies.

Nosotros también iniciamos con muchos sacrificios, aún los atravesamos, pero nunca hemos perdido el enfoque, las ganas, y la determinación. Podemos decirte con propiedad, que los sueños si se cumplen!

¡Mamá Mía 360 es muestra de ello!

Es hora de trabajar felices!!
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EMBAJADOR DE MARCA

Los embajadores de marca son los mejores aliados de las empresas para promocionar sus productos y fortalecer la estrategia de branding. Te explicamos qué significa ser embajador de una marca.  Embajador de marca En un mercado cada vez más saturado en el que los consumidores están expuestos a una gran cantidad de mensajes publicitarios, no es fácil conseguir que una marca destaque. Limitarse a promocionar los beneficios de los productos no basta, las marcas deben ser capaces de comunicar sus valores y conectar emocionalmente con su público objetivo. Esa es precisamente la misión del embajador de marca. ¿Qué significa ser embajador de una marca? El embajador de marca es una persona que representa la imagen de la organización ante su público objetivo. Encarna la identidad corporativa, se identifica con sus valores y se encarga de atraer a clientes potenciales generalmente compartiendo sus experiencias con los productos y/o servicios de la empresa. Los embajadores de marca realizan diferentes acciones promocionales offline y online. Pueden convertirse en una de las voces del blog corporativo, acudir a los eventos patrocinados u organizados por la marca, grabar spots publicitarios o alimentar el interés por la marca a través de publicaciones en sus redes sociales. La importancia del embajador de marca en el marketing El impacto positivo de las acciones de los embajadores de marca suele aumentar la popularidad de la empresa y, como resultado, se produce un incremento de las ventas. ¿Cómo ser embajador de una marca? Para ser embajador de una marca hay que cumplir ciertos requisitos. Ante todo, la persona debe tener una buena reputación dentro y fuera de Internet. También debe identificarse y proyectar los valores de la marca. Generalmente se busca a personas proactivas y extrovertidas con una gran capacidad de comunicación con el público objetivo. Eso significa que para ser embajador de una marca hay que cuidar mucho la imagen y ser auténtico.  Mantenerse activos en las redes sociales y conseguir una buena base de seguidores fieles es un buen comienzo. De hecho, muchas marcas están apostando por micro-influencers en nichos de mercado específicos que tengan una gran credibilidad y una conexión fuerte con su público. Existen plataformas, como Scrunch, especializadas en poner en contacto a los influencers con las marcas. Por supuesto, tener conocimientos de marketing también allana el camino para ser embajador de una marca.

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