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י״ג בתשרי ה׳תשפ״ה (15/10/2024)
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La importancia de la inteligencia emocional

La inteligencia emocional es la base de las buenas relaciones interpersonales.

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¿Qué es la inteligencia emocional?

La inteligencia emocional es la habilidad de reconocer, regular y comprender las emociones, tanto en ti mismo como en los demás. La inteligencia emocional alta te ayuda a conectar con otras personas, forjar relaciones empáticas, comunicar de manera efectiva, resolver conflictos y expresar tus sentimientos. Puede que hayas oído hablar de la inteligencia emocional como IE o coeficiente emocional (EQ). 

Muchas veces se asume que la inteligencia emocional es algo que tienes o no tienes. Sin embargo, al igual que tu coeficiente intelectual (IQ), el coeficiente emocional (EQ) es un músculo que puedes desarrollar a lo largo del tiempo.

La historia de la inteligencia emocional

Los psicólogos han estudiado la inteligencia emocional desde que el concepto de “inteligencia social” fue introducido por Edward Thorndike en 1920. Luego, Howard Gardner se basó en esta teoría y agregó la idea de que más de un tipo de inteligencia contribuye a la habilidad cognitiva. En su libro de 1983 Estructuras de la mente: La teoría de las inteligencias múltiples, Gardner introdujo el concepto de inteligencia interpersonal e intrapersonal.

Sin embargo, el término “inteligencia emocional” no obtuvo popularidad sino hasta la publicación en 1995 del libro La inteligencia emocional, escrito por el periodista científico Daniel Goleman. En su libro, Goleman define la inteligencia emocional y establece la importancia del coeficiente emocional para el liderazgo.

Luego, en 2004, Peter Salovey y John Mayer ampliaron el alcance y comprensión de la inteligencia emocional. Solvey y Mayer desarrollaron la teoría del rasgo para desarrollar y medir la inteligencia emocional. Esto derivó en la primera prueba de inteligencia emocional, el test de inteligencia emocional Mayer-Salovey-Caruso (MSCEIT, por sus siglas en inglés).

Hoy en día, la inteligencia emocional es estudiada por una gran variedad de psicólogos que buscan entender las diferentes competencias emocionales, las habilidades interpersonales que contribuyen a la inteligencia emocional, y la diferencia entre el coeficiente emocional y el coeficiente intelectual. Aunque muchos psicólogos no estén de acuerdo en los detalles exactos de la inteligencia emocional, la mayoría coincide en que es una habilidad que puede desarrollarse con práctica y entrenamiento. 

Los beneficios de un coeficiente emocional alto

Los estudios han demostrado que la inteligencia emocional es igual de importante, o a veces más importante, que la inteligencia tradicional. Según un estudio de 2016, una inteligencia emocional alta es más significativa para un excelente trabajo en equipo que un coeficiente intelectual alto. Estudios adicionales han demostrado que la inteligencia emocional alta da lugar a un desempeño laboral y liderazgo mejores. 

La inteligencia emocional se trata de entender tus propias emociones y las emociones de los demás. Una inteligencia emocional alta te ayuda a:

  • Colaborar de manera efectiva con los miembros de tu equipo
  • Pensar antes de actuar o reaccionar 
  • Reducir tus reacciones viscerales o impulsos
  • Superar problemas, tanto en casa como en el lugar de trabajo
  • Atender conflictos
  • Comunicarte en el lugar de trabajo
  • Resolver problemas
  • Forjar relaciones más sólidas
  • Conectar con tus emociones
  • Empatizar con los demás
  • Desarrollar sinergia entre tú y tus compañeros

Atributos de la inteligencia emocional

Existen dos modelos principales de inteligencia emocional. El primero, desarrollado por Daniel Goleman, incluye cinco atributos clave para el coeficiente emocional. El segundo, creado por John Mayer y Peter Salovey, describe cuatro características principales de la inteligencia emocional. 

Los cinco atributos de la inteligencia emocional de Daniel Goleman

Goleman identificó cinco habilidades clave dentro de la inteligencia emocional o IE: 

  1. Autoconocimiento: La habilidad para comprender tus propias emociones. Tener autoconocimiento significa entender tus fortalezas personales, debilidades, valores, metas y el impacto en los demás. 
  2. Autorregulación: La habilidad de regular tus emociones. En lugar de actuar impulsivamente, los líderes con una alta autorregulación son capaces de detenerse y examinar sus emociones antes de reaccionar. 
  3. Motivación: Las razones por las que quieres tener éxito. Reconocer tu motivación te ayuda a adaptar tu comprensión empática.
  4. Empatía: La habilidad de conectar con la forma en que otras personas se sienten. La empatía a menudo se considera la piedra angular de la inteligencia emocional, ya que es una base importante para otros estados emocionales. 
  5. Habilidad social: La habilidad para comunicarse y colaborar con otros. Goleman compara las habilidades sociales con la habilidad para guiar a otros para promover tus ideas.

Las cuatro características de la inteligencia emocional de John Mayer y Peter Salovey

Mayer y Salovey también identificaron cuatro características de la inteligencia emocional durante su investigación:

  1. Percepción emocional: La habilidad de identificar las emociones que otras personas están sintiendo. El autoconocimiento y la habilidad de reconocer las emociones propias también entran en esta categoría. 
  2. Facilitación emocional del pensamiento: La habilidad de aprovechar las emociones que percibes —ya sean las propias o las de los demás— para apoyar otros procesos cognitivos como la resolución de problemas o la toma de decisiones. 
  3. Comprensión emocional: La habilidad de entender cómo las emociones se relacionan entre sí, y cómo estas emociones impactan en tus acciones y las acciones de otras personas.
  4. Regulación emocional: La habilidad de regular las emociones en uno mismo y en otros. Regular tus propias emociones significa mitigar o distanciarte de una emoción para enfocarte en una situación particular. Sin embargo, esta característica también incluye gestionar las emociones de quienes te rodean para poder cumplir tus metas. 

Cómo utilizar la inteligencia emocional para el liderazgo

Las investigaciones han demostrado que una inteligencia emocional alta es fundamental para un liderazgo exitoso. Según un estudio de 2005 titulado La inteligencia emocional y su relación con el desempeño en el lugar de trabajo con respecto al liderazgo efectivo, una inteligencia emocional alta se asocia con una mayor efectividad del liderazgo. 

El mismo Goleman identificó la relación entre la inteligencia emocional y el liderazgo en su artículo de 1998 en la revista Harvard Business Review¿Qué hace a un líder? En el artículo, Goleman afirma: 

“Los líderes más efectivos comparten algo clave: todos tienen un alto grado de lo que se conoce como inteligencia emocional. No es que el coeficiente intelectual y las habilidades técnicas sean irrelevantes; son importantes, pero como los requisitos básicos para puestos ejecutivos. Mi investigación, junto con otros estudios recientes, muestra claramente que la inteligencia emocional es la condición sine qua non del liderazgo. Sin ella, una persona puede tener la mejor preparación del mundo, una mente incisiva y analítica, y un sinfín de ideas inteligentes, pero aun así no será un gran líder”.

La inteligencia emocional es importante para todos los miembros de un equipo, pero en particular para aquellos en puestos de liderazgo. Goleman asegura:

“Cuanto más alto sea el puesto de un profesional exitoso, más claro queda que su eficacia se debe a sus capacidades de inteligencia emocional”.

9 formas de desarrollar tu inteligencia emocional en el lugar de trabajo

Sin importar qué modelo de inteligencia emocional decidas seguir —ya sean los cinco atributos de Goleman o las cuatro características de la inteligencia emocional de Mayer y Salovey—, hay diferentes habilidades clave en las que te puedes enfocar para desarrollar tu coeficiente emocional. A continuación, analizaremos en detalle cada habilidad, junto a herramientas prácticas que puedes utilizar en el lugar de trabajo para desarrollarlas.

1. Desarrolla el autoconocimiento

El primer paso para mejorar tu inteligencia emocional es conocerte a ti mismo. Una gran parte del coeficiente emocional es reconocer y entender tus emociones y el impacto de esas emociones en tu entorno. Sin embargo, antes de que puedas comprender el impacto, necesitas entender las emociones en sí. 

Existen muchas técnicas para desarrollar el autoconocimiento, como:

  • Llevar un registro diario
  • Identificar los valores y principios que te impulsan
  • Definir tu motivación y propósito

En el lugar de trabajo, la mejor forma de desarrollar el autoconocimiento es conectar tu trabajo diario con los objetivos del equipo o de la empresa. Tener este nivel de comprensión te ayudará a identificar por qué estás haciendo lo que estás haciendo. Cuando tengas que tomar una decisión, ya tendrás conocimiento pleno de la importancia de tu trabajo y, por consiguiente, podrás tomar una decisión informada.

2. Practica la atención plena

Una vez que comprendas tus emociones, trabaja en regularlas de forma consciente. Esta es una parte importante del autocontrol. 

Llevar un registro diario es el primer paso hacia la atención plena. Una vez que lo hayas iniciado, utiliza tu autoconocimiento para percibir y ponerles nombre a las reacciones emocionales que tengas. Por ejemplo, cuando algo sale mal en el trabajo, ¿qué es lo primero que sientes? ¿Rabia? ¿Frustración? ¿Inseguridad? Tener una idea clara de tus emociones te ayudará a lograr la autorregulación. 

3. Mejora tu empatía 

La empatía es la habilidad de conectar con los demás. Es la piedra angular del desarrollo de la inteligencia emocional. 

Para desarrollar tu empatía, practica: 

  • Entender a los demás. La empatía se trata de conectar con las emociones de otras personas. Para comenzar, concéntrate en desarrollar la forma en que entiendes a los demás. Si toman una decisión que tú no hubieras tomado, apóyate en la curiosidad y la empatía para entender por qué lo hicieron. 
  • No juzgar. Todos tenemos una pequeña voz en nuestra mente que realiza suposiciones y juicios automáticamente. El hecho de no juzgar no se trata tan solo de dejar de hacer esas suposiciones inmediatas, sino de aprender a ignorarlas a favor del pensamiento a largo plazo. 
  • Ponerte en el lugar de la otra persona. Dado que la empatía se trata de conectar, una buena manera de crear conexiones es ponerte en los zapatos de otra persona. A veces, puede que tomen una decisión que no te guste o con la que estés en desacuerdo, pero en vez de reaccionar, intenta imaginar la situación desde su punto de vista.

4. Practica la escucha activa

La escucha activa es la práctica de escuchar para entender. En lugar de pensar en lo que dirás a continuación, lleva toda tu atención a lo que la otra persona está diciendo.

La escucha activa sirve para desarrollar la empatía, la conexión y la confianza entre tú y otra persona. 

Otro elemento clave de la escucha activa es la comunicación no verbal y el lenguaje corporal. Toma nota de lo que estás haciendo cuando otra persona está hablando. Incluso si estás interesado, cruzar tus brazos o mirar a lo lejos hace parecer que no lo estás. Intenta mantener el contacto visual y una expresión facial cortés e interesada para demostrar que estás prestando atención. 

5. Practica la adaptabilidad

La adaptabilidad, o la habilidad de ser flexible en diferentes situaciones, es fundamental para la inteligencia emocional. Una vez que te hayas vuelto bueno para reconocer tus emociones y las de los demás, usa la adaptabilidad para reaccionar de manera apropiada. Esto se llama autorregulación. 

Para hacer esto en el lugar de trabajo, es necesario conocer cuáles son tus prioridades. Si has conectado tu trabajo con tus objetivos a largo plazo, deberías tener una idea de cómo tus tareas diarias contribuyen a las iniciativas del equipo o de la organización. Como resultado, si surge algo y debes adaptarte, puedes cambiar el foco de manera más efectiva hacia las tareas más importantes. 

6. Desarrolla tus habilidades sociales

Piensa en las habilidades sociales como en la habilidad de aplicar lo que entiendes de inteligencia emocional en el lugar de trabajo. Una vez que hayas podido comprender tus emociones y las de los demás, utiliza el nivel de conciencia social que tienes para comunicarte y colaborar de manera más efectiva. 

Contar con una buena conciencia social en el trabajo significa:

  • Entender las dinámicas de grupo. Las dinámicas de grupo describen las interacciones, actitudes y comportamientos entre un grupo de personas que están trabajando juntas. Con una inteligencia emocional alta, puedes identificar con precisión y comprender las dinámicas de grupo.
  • Practicar buenos estilos de comunicación. La comunicación efectiva te ayuda a expresar tus necesidades y defender tus ideas. La gente con una inteligencia emocional alta tiene conversaciones de manera asertiva, sin mostrarse agresivos ni pasivo-agresivos.
  • Utilizar el estilo de gestión adecuado (para gerentes). El estilo de gestión democrático enfatiza la colaboración y comunicación. Para desarrollar un estilo de gestión democrático, intenta distribuir la toma de decisiones y apóyate en la colaboración. 

Las herramientas de colaboración pueden ser útiles. Con una herramienta de colaboración efectiva puedes gestionar el trabajo y trabajar en conjunto de manera más productiva. Las aplicaciones de colaboración ayudan a tu equipo a comunicarse, compartir archivos y coordinar el trabajo con mayor facilidad.

7. Agradece los comentarios

Para muchos de nosotros, la reacción inicial a las críticas —incluso las constructivas— es inmediatamente negativa. Pero parte de tener una inteligencia emocional alta consiste en recibir bien los comentarios y agradecerlos.

Para lograr esto, reconoce el valor de los comentarios que te brindan. Cuando alguien comparte sus comentarios contigo, está haciendo un esfuerzo por ayudarte de alguna forma. Agradécelos y tómalos como un gran regalo. 

Para ir aún más allá, empieza a incorporar los comentarios en tu vida laboral y en las reuniones individuales. Pide comentarios regularmente y ve qué puedes aprender de ellos. Considera hacer una lista de los comentarios que te han hecho en tu herramienta de lista de tareas pendientes, para que puedas acceder a ellos y aprender fácilmente.

8. Aprende sobre la resolución de conflictos

Dado que gran parte de la inteligencia emocional consiste en reconocer y regular las emociones, es particularmente útil en la resolución de conflictos. La resolución de conflictos es el proceso de encontrar la solución a problemas en el lugar de trabajo para adoptar un espacio de trabajo abierto, honesto e inclusivo. Con una inteligencia emocional alta, puedes hacer que cada miembro del equipo se sienta escuchado y apoyado durante el proceso de resolución de conflictos. 

9. Cuando estés en duda, reflexiona

Desarrollar tu inteligencia emocional consiste, en gran parte, en entender las emociones en el momento. Sin embargo, reflexionar sobre las experiencias pasadas te ayuda a desarrollar una inteligencia emocional a largo plazo. Al reconocer hábitos del pasado, u observar situaciones emocionales previas con tus nuevas herramientas emocionales, puedes prepararte mejor para situaciones futuras.

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