Desde Mamá Mía 360. Te explicamos qué es el pensamiento lateral, los elementos que lo componen y sus características. Además, algunos ejemplos sencillos.
¿Qué es el pensamiento lateral?
Se conoce como pensamiento lateral (del inglés Lateral thinking) a una forma de razonamiento mental que permite la resolución de problemas a través de la aplicación de soluciones imaginativas o creativas.
El término se empleó por primera vez en 1967, en el libro de Edward de Bono New Think: The Use of Lateral Thinking, como nombre de un patrón de pensamiento que se rige por caminos distintos a los empleados por el razonamiento lógico tradicional (llamado entonces “pensamiento vertical”), dando así con perspectivas novedosas ante cualquier situación.
Desde entonces, este término se ha vuelto popular en los ámbitos de la psicología individual y social, como una herramienta para incentivar el pensamiento por fuera de los patrones habituales o esperables.
Su idea central puede resumirse en que, a la hora de evaluar las premisas de un problema cualquiera, generalmente buscamos algún patrón natural o habitual de pensamiento para dar con una solución. Así llegamos al mismo resultado una y otra vez.
El pensamiento lateral, entonces, aspira a romper dichos patrones y buscar caminos alternativos, diferentes, que conduzcan a la resolución del problema. Es lo que los angloparlantes denominan Think outside the box (“pensar por fuera de la caja”).
De este modo, la teoría del pensamiento lateral propone que al aplicar este modelo de pensamiento a nuestros dilemas cotidianos, podríamos disparar el cambio y hallar respuestas novedosas, altamente creativas, a dilemas que veníamos resolviendo de una manera habitual.
Para ello, requeriríamos de un entrenamiento en este tipo de razonamiento, que usualmente consiste en enfrentar una serie de acertijos muy semejantes a los koan de la tradición zen.
Características del pensamiento lateral
El pensamiento lateral se basa en el distanciamiento de los caminos mentales tradicionalmente recorridos. Es decir, requiere la ruptura con lo esperado y la apuesta por la creatividad y las perspectivas novedosas.
En ese sentido, acude a métodos y técnicas que normalmente no se asocian al pensamiento organizado, como son las provocaciones, que son una suerte de “juegos” mentales destinados a buscar vías alternas de razonamiento. Algunas provocaciones pueden ser dinámicas de escape, palabras aleatorias, analogías, exageraciones o fraccionamientos del problema.
Del modo que sea, el pensamiento lateral aspira a ser una técnica de resolución de problemas, pero al mismo tiempo un camino hacia una lógica diferente, más flexible, capaz de adaptarse a cada situación que enfrenta y no acudir siempre a la misma caja de herramientas para enfrentar problemas diferentes entre sí.
Elementos del pensamiento lateral
El pensamiento lateral se sustenta en cuatro elementos básicos o fundamentales:
- La comprobación de las suposiciones. Algo similar a lo que comúnmente entendemos por “mantener la mente abierta”: desconfiar de los valores inmediatos, los prejuicios y los razonamientos previos que surjan ante la exposición inicial de las premisas del problema, dado que son lugares comunes, encapsulan el pensamiento e impiden la creatividad.
- La formulación de las preguntas correctas. El pensamiento lateral sugiere que, en lugar de enfocarnos en la solución, debemos hallar primero las preguntas pertinentes, y así saber qué tipo de respuesta necesitamos. A menudo ello se plantea como una perspectiva inversa y contra intuitiva: pensar la pregunta y no la respuesta.
- La entrada de la creatividad. El cambio y las perspectivas creativas son valoradas por el pensamiento lateral, ya que al incorporar elementos que normalmente no parecieran parte del conjunto, se pueden iluminar nuevas zonas, hallar parte de una nueva dinámica o simplemente brindar un nuevo enfoque o perspectiva.
- El pensamiento lógico. La deducción lógica, la rigurosidad de pensamiento y la capacidad de interpretación son el núcleo activo del pensamiento lateral, al cual deben conducir todas las perspectivas creativas o los razonamientos alternativos.
Ejemplos sencillos de pensamiento lateral
A continuación veremos cinco ejemplos sencillos de pensamiento lateral, expresados a modo de acertijos:
- El dilema del náufrago. Un náufrago necesita trasladar a su isla de residencia algunos restos del naufragio de su barco, que afloraron en la orilla de la isla de enfrente. Allí tiene un zorro, un conejo y un racimo de zanahorias, que en su bote puede llevar a razón de uno por viaje. ¿Cómo puede llevarlo todo a su isla, sin que el zorro se coma al conejo, ni éste a las zanahorias?
Respuesta: Deberá llevar primero al conejo y dejar al zorro con las zanahorias. Luego volver y llevarse al zorro, que dejará a solas en su isla, tomar al conejo y llevarlo de vuelta a la de enfrente. Después llevará las zanahorias, dejando al conejo solo y depositándolas junto al zorro. Finalmente regresará para hacer un último viaje con el conejo.
- El dilema del ascensor. Un hombre que vive en el décimo piso de un edificio, toma todos los días el ascensor hasta la planta baja, para ir a trabajar. En la tarde, sin embargo, toma de nuevo el mismo ascensor, pero si no hay nadie con él, baja en el séptimo piso y sube el resto de los pisos por la escalera. ¿Por qué?
Respuesta: El hombre es enano y no logra presionar el botón del décimo piso.
- La paradoja del globo. ¿De qué manera podemos pinchar un globo con una aguja, sin que se fugue el aire y sin que el globo estalle?
Respuesta: Debemos pinchar el globo estando desinflado.
- El dilema del bar. Un hombre entra a un bar y le pide al barman un vaso de agua. El barman busca debajo de la barra y de golpe apunta al hombre con un arma. Este último da las gracias y se marcha. ¿Qué acaba de ocurrir?
Respuesta: El barman se percató de que el hombre tenía hipo, y decide curárselo dándole un buen susto.
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