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א׳ במרחשוון ה׳תשפ״ו (23/10/2025)
בס"ד

El conocimiento es poder: la metáfora que todo emprendedor necesita recordar

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El conocimiento es poder: la metáfora que todo emprendedor necesita recordar

En el camino del emprendedor hay días en los que el sol quema, la garganta se seca y la energía parece agotarse. Uno siente que está arrastrándose por el desierto buscando agua… una señal, una pista, una oportunidad.

Y ahí aparece la elección.
A la izquierda, un cartel que dice “AGUA – 9 km”.
A la derecha, otro que dice “H₂O – 50 metros”.

Ambos significan lo mismo.
Pero solo quien tiene conocimiento, quien aprendió, quien se formó, quien se animó a preguntar, a investigar, a leer, a escuchar… sabe cuál camino elegir.

Porque el conocimiento no es solo información:
es una brújula que te evita caminar 9 kilómetros en la dirección equivocada.
Es el poder de tomar decisiones inteligentes, rápidas y estratégicas.
Es la diferencia entre sobrevivir o construir.

El emprendedor que estudia, que se rodea de gente que sabe, que se capacita y que no se conforma con “lo que cree saber”, tiene ventaja.
No porque sea más afortunado, sino porque aprendió a pensar mejor.

Cuanto más sepas, más podrás decidir.
Y cuanto mejor decidas, más cerca estarás de tu propósito, de tu independencia, de tu libertad.

En este mundo de desiertos, redes, algoritmos y competencia, el conocimiento es tu oasis.
Y el agua está mucho más cerca de lo que creés… si sabés leer el cartel correcto.

Recuerdo cuando hice aliá.
Creía que sabía muchas cosas. Venía con títulos, con experiencia, con proyectos, con energía.
Pero Israel te enseña algo distinto: que el conocimiento sin adaptación, sin humildad y sin apertura, no alcanza.

El olé aprende todos los días a reinventarse:
a leer señales en otro idioma,
a interpretar silencios,
a descifrar procesos que parecen imposibles,
a aceptar que no saber también es parte del camino.

Y ahí está la clave.
No hay aprendizaje más profundo que el que surge del desafío.
No hay crecimiento sin incomodidad.

Mi papá —el Tate— siempre decía:

“No hay conocimiento inútil. Lo que hoy no entendés, mañana puede salvarte.”

Y tenía razón.
Su vida fue una escuela de superación constante.
Vino de una familia humilde del Chaco- Resistencia, estudió, trabajó, se reinventó mil veces.
Y siempre tuvo sed de aprender: desde óptica hasta historia, desde idish hasta canto.
Él me enseñó que el saber no es un lujo, es una herramienta de dignidad.

Por eso cada vez que veo esa imagen del hombre arrastrándose en el desierto, pienso en él.
Pienso en los olim que llegan con los labios secos de tanto esfuerzo y la mirada llena de sueños.
Y pienso también en lo que mi Bobe siempre decia:

“El conocimiento no ocupa lugar, pero te da lugar.”

Esa frase me marcó.
Porque es exactamente eso lo que hacemos cada día:
Buscar nuestro lugar.
Aprender, desaprender y volver a aprender.
Tener la humildad de admitir que no lo sabemos todo, y la valentía de seguir caminando igual.

El conocimiento es poder, sí.
Pero también es libertad, identidad y futuro.
Y mientras algunos caminan 9 kilómetros buscando “agua”, otros, los que estudian, los que preguntan, los que escuchan, los que se forman… descubren que el “H₂O” estaba a solo 50 metros.

Cuando entendés, todo cambia

Emprender, hacer aliá, educar, liderar, ayudar, amar… todo requiere conocimiento.
Y el verdadero éxito no está en llegar rápido, sino en saber hacia dónde estás caminando.
Porque cuando entendés, todo cambia:
Tu forma de mirar, tus decisiones, tu energía y hasta tu destino.

✍️ MBA Federico Pipman
CEO de Mamá Mía 360 | Asesor de negocios y coach motivacional

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El conocimiento es poder: la metáfora que todo emprendedor necesita recordar

El conocimiento es poder: la metáfora que todo emprendedor necesita recordar En el camino del emprendedor hay días en los que el sol quema, la garganta se seca y la energía parece agotarse. Uno siente que está arrastrándose por el desierto buscando agua… una señal, una pista, una oportunidad. Y ahí aparece la elección.A la izquierda, un cartel que dice “AGUA – 9 km”.A la derecha, otro que dice “H₂O – 50 metros”. Ambos significan lo mismo.Pero solo quien tiene conocimiento, quien aprendió, quien se formó, quien se animó a preguntar, a investigar, a leer, a escuchar… sabe cuál camino elegir. Porque el conocimiento no es solo información:es una brújula que te evita caminar 9 kilómetros en la dirección equivocada.Es el poder de tomar decisiones inteligentes, rápidas y estratégicas.Es la diferencia entre sobrevivir o construir. El emprendedor que estudia, que se rodea de gente que sabe, que se capacita y que no se conforma con “lo que cree saber”, tiene ventaja.No porque sea más afortunado, sino porque aprendió a pensar mejor. Cuanto más sepas, más podrás decidir.Y cuanto mejor decidas, más cerca estarás de tu propósito, de tu independencia, de tu libertad. En este mundo de desiertos, redes, algoritmos y competencia, el conocimiento es tu oasis.Y el agua está mucho más cerca de lo que creés… si sabés leer el cartel correcto. Recuerdo cuando hice aliá.Creía que sabía muchas cosas. Venía con títulos, con experiencia, con proyectos, con energía.Pero Israel te enseña algo distinto: que el conocimiento sin adaptación, sin humildad y sin apertura, no alcanza. El olé aprende todos los días a reinventarse:a leer señales en otro idioma,a interpretar silencios,a descifrar procesos que parecen imposibles,a aceptar que no saber también es parte del camino. Y ahí está la clave.No hay aprendizaje más profundo que el que surge del desafío.No hay crecimiento sin incomodidad. Mi papá —el Tate— siempre decía: “No hay conocimiento inútil. Lo que hoy no entendés, mañana puede salvarte.” Y tenía razón.Su vida fue una escuela de superación constante.Vino de una familia humilde del Chaco- Resistencia, estudió, trabajó, se reinventó mil veces.Y siempre tuvo sed de aprender: desde óptica hasta historia, desde idish hasta canto.Él me enseñó que el saber no es un lujo, es una herramienta de dignidad. Por eso cada vez que veo esa imagen del hombre arrastrándose en el desierto, pienso en él.Pienso en los olim que llegan con los labios secos de tanto esfuerzo y la mirada llena de sueños.Y pienso también en lo que mi Bobe siempre decia: “El conocimiento no ocupa lugar, pero te da lugar.” Esa frase me marcó.Porque es exactamente eso lo que hacemos cada día:Buscar nuestro lugar.Aprender, desaprender y volver a aprender.Tener la humildad de admitir que no lo sabemos todo, y la valentía de seguir caminando igual. El conocimiento es poder, sí.Pero también es libertad, identidad y futuro.Y mientras algunos caminan 9 kilómetros buscando “agua”, otros, los que estudian, los que preguntan, los que escuchan, los que se forman… descubren que el “H₂O” estaba a solo 50 metros. Cuando entendés, todo cambia Emprender, hacer aliá, educar, liderar, ayudar, amar… todo requiere conocimiento.Y el verdadero éxito no está en llegar rápido, sino en saber hacia dónde estás caminando.Porque cuando entendés, todo cambia:Tu forma de mirar, tus decisiones, tu energía y hasta tu destino. ✍️ MBA Federico PipmanCEO de Mamá Mía 360 | Asesor de negocios y coach motivacional

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Volver a la Rutina Después de Sucot: Kohelet, la Sucá y el Alma Emprendedora

Quince días de pausa. 7 días de fragilidad bajo un techo de ramas, mirando el cielo entre las hojas y recordando que nada —ni el éxito, ni el dinero, ni siquiera el tiempo— nos pertenece del todo.Sucot es la fiesta de la intemperie. La que nos enseña que lo esencial no es tener un techo firme, sino un propósito firme. En la Sucá aprendemos a vivir con lo justo, a disfrutar sin exceso, a agradecer sin controlarlo todo. Cada noche, mientras el viento movía las schajot, muchos de nosotros sentimos lo mismo que siente todo emprendedor: incertidumbre, vulnerabilidad… pero también plenitud y fe. Kohelet: La sabiduría que necesitamos para volver En Shabat de Sucot leímos la Meguilat Kohelet, ese texto que incomoda, inspira y sacude al mismo tiempo. “Vanidad de vanidades, todo es vanidad.”“Mejor es el fin de una cosa que su comienzo.”“Da al que no tiene, porque no sabes qué mal vendrá sobre la tierra.” Kohelet no nos dice que no trabajemos; nos dice por qué trabajamos.Nos recuerda que el crecimiento sin propósito es como una Sucá sin techo: parece sólida, pero está vacía.Y que el equilibrio entre acción y reflexión es el secreto de toda vida significativa. “Hay un tiempo para sembrar y un tiempo para cosechar,un tiempo para callar y un tiempo para hablar,un tiempo para construir… y un tiempo para detenerse.” Una enseñanza del Rab Eliahu Sharbit Recuerdo una frase del Rab Eliahu Sharbit, dicha en una de esas clases que parecen simples pero se te graban en el alma: “La rutina no es enemiga del crecimiento. El problema es cuando la rutina se vuelve inconsciente.” Y esa idea me marcó.Volver a la rutina no significa volver al automático.Significa volver con conciencia, con la memoria de Sucot en el alma, sabiendo que la estabilidad que buscamos no está afuera sino adentro.La Sucá se desarma, pero lo que aprendemos dentro de ella se queda con nosotros todo el año. Una escena que lo resume todo El último día de Jol Hamoed, mientras desarmábamos la Sucá, mis hijos me ayudaban a bajar las ramas.Shay me preguntó: “¿Por qué hacemos tanto esfuerzo por una casa que después tiramos?”Y Liby, sin pensarlo mucho, respondió: “Porque Hashem quiere que aprendamos a disfrutar mientras está, no cuando ya no está.” Ahí entendí que esa es la meguilá del emprendedor:el arte de construir algo sabiendo que es pasajero, pero hacerlo igual con amor, con entrega y con fe. El emprendedor que vuelve distinto Hoy volvemos a los mails, los clientes, las planillas, los desafíos.Pero ya no somos los mismos. El que vuelve después de Sucot ya probó lo esencial.Ya entendió que puede vivir una semana sin lujos y seguir siendo feliz.Que puede bajar del ritmo sin perder valor.Que su casa verdadera está en sus valores, en sus relaciones, y en su propósito. Por eso, volver no es “retomar el trabajo”:es reconstruir la Sucá dentro nuestro, cada día, entre los clics, los Zooms y las ventas.Y si logramos mantener ese espíritu, entonces la Sucá no terminó: se mudó con nosotros. El versículo que todo emprendedor debería recordar* “Teme a Dios y guarda Sus mandamientos, porque eso es todo el hombre.” (Kohelet 12:13) En lenguaje moderno:Recordá quién sos.Por qué empezaste.Y que cada proyecto sea un canal para algo más grande que vos. Porque al final, Sucot no se termina: se muda con uno Cada año construyo una Sucá con mis manos,pero Sucot me reconstruye a mí por dentro. ✍️ MBA Federico PipmanCEO de Mamá Mía 360 | Asesor de negocios y coach motivacional

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