(Tomado de La Culpa es de la Vaca 2 , José Lopera Gutiérrez y Marta Inés Bernal Trujillo).
Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era la más rápida. Para dirimir el conflicto de opiniones, decidieron correr una carrera. Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre partió a toda velocidad y corrió enérgicamente durante un buen rato.
Luego, al ver que había sacado muchísima ventaja, decidió sentarse debajo de un árbol para descansar unos momentos, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se quedó dormida. La tortuga, que andaba con paso lento pero constante, la alcanzó, la superó y terminó en punta, declarándose ganadora indiscutible de la carrera.Moraleja: Los lentos pero constantes y perseverantes, también ganan la carrera.
Pero la historia no termina aquí, sino que prosigue…La liebre, decepcionada por haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció su grave error de subestimar a la tortuga. Se dio cuenta de que por presumida y descuidada había perdido la carrera. Si no hubiese subestimado a su oponente nunca la hubieran podido vencer. Entonces desafió a la tortuga a una nueva competencia.
Esta vez la liebre corrió sin descanso desde el principio hasta el fin y su triunfo fue contundente.Moraleja: Los rápidos y tenaces vencen a los constantes y perseverantes.
Sin embargo la historia tampoco termina aquí…Después de ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad.
De la manera como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería.
Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr por una ruta distinta a la anterior. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río.
La liebre no sabía nadar, y mientras se preguntaba “¿qué hago ahora…?”, la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó con su paso lento pero constante y terminó la carrera en primer lugar.La liebre y la tortuga también aprendieron otra lección vital:Cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, no sólo complementamos capacidades, compensamos debilidades, potenciamos nuestros recursos… ¡sino que también obtenemos mejores resultados!
Todos tenemos carreras por delante, y hay muchas maneras de ganarlas. Hay muchas liebres, muchas tortugas… ¡y muchas metas que alcanzar! Finalmente: No se reúna con un grupo fácil y conformista, no le harán crecer. Vaya donde sean muy altas las exigencias y las expectativas de desempeño.
Es hora de trabajar felices!!
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