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ג׳ במרחשוון ה׳תשפ״ה (04/11/2024)
בס"ד

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Hay un viejo cuento con cuatro personajes: Todos, Alguien, Cualquiera y Nadie.

Ocurre que había que hacer un trabajo importante, y Todos sabía que Alguien lo haría. Cualquiera podría haberlo hecho, pero Nadie lo hizo.

Alguien se enojó cuando se enteró, porque le hubiera correspondido a Todos.

El resultado fue que Todos creía que lo haría Cualquiera, y Nadie se dio cuenta de que Alguien no lo haría.

¿Cómo termina la historia? Alguien reprochó a Todos porque en realidad Nadie hizo lo que hubiera podido hacer Cualquiera.

Esta historia plagada de desencuentros y malos entendidos es algo más que un destrabalenguas, es el símbolo de personas que integran sociedades no debidamente articuladas y con responsabilidades diluidas. Cada uno de esos cuatro personajes llevan en síntesis la imagen de estructuras amuralladas y parceladas en sus compromisos y malamente comunicadas entre sí. Hay un dicho que afirma: muchos responsables, ningún responsable. Es en síntesis la descripción de la responsabilidad diluida porque nadie la asume en sí mismo.

La diferencia en una sociedad entre el trabajo esclavo, y el trabajo libre es que en el primero se pone solamente fuerza y sudor para realizarlo, y en el segundo hace falta como elemento esencial la inteligencia unida a la capacitación. En la esclavitud, laborar era una circunstancia imperiosa sin opciones, la salida estaba sólo en la muerte por agotamiento físico. En el trabajo libre la opción está en estudiar para perfeccionarse y ocupar posiciones vacías, o generar opciones propias.

En el trabajo social se dan también circunstancias parecidas. Cuando el habitante de un país no asume cotidianamente la titularidad del rol de ciudadano, se convierte de hecho en un esclavo fortuito de tramas y normativas sobre las cuales su opinión no ha sido claramente pulsada. El considerar que sólo en las consultas electorales el ciudadano debe manifestarse, implica una tácita condena al mismo a una especie de hibernación política.

Hace años una famosa pareja de cómicos norteamericanos, Abbot y Costello, crearon un exitoso sketch para la televisión en el cual uno de ellos relataba un partido de béisbol con personajes simbólicos que llevaban a una total confusión a su compañero que lo escuchaba. Hoy en día un buen libretista podría hacer con los personajes del título de esta nota toda una historia aplicada a los acuerdos y desacuerdos de los distintos poderes de la República que negocian sus responsabilidades y participaciones en los momentos de crisis. Sería, sin lugar a dudas, una pieza maestra del grotesco en la cual Todos nos tratan como a Cualquiera y nos consideran un donNadie, cuando en realidad deberíamos sentirnos como Alguien que es, y no meramente un nombre y número de documento registrado en el padrón electoral.

Los ciudadanos de hoy tienen el compromiso familiar, de preservar para la generación que nos sucede, la validez de un preámbulo constitucional, que tenga la vigencia de una realidad aceptable, y no la ensoñación de una utopía irrealizable. Porque no necesitamos salvadores de la Patria, sino responsables que cumplan con los compromisos adquiridos.

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Branding

EMBAJADOR DE MARCA

Los embajadores de marca son los mejores aliados de las empresas para promocionar sus productos y fortalecer la estrategia de branding. Te explicamos qué significa ser embajador de una marca.  Embajador de marca En un mercado cada vez más saturado en el que los consumidores están expuestos a una gran cantidad de mensajes publicitarios, no es fácil conseguir que una marca destaque. Limitarse a promocionar los beneficios de los productos no basta, las marcas deben ser capaces de comunicar sus valores y conectar emocionalmente con su público objetivo. Esa es precisamente la misión del embajador de marca. ¿Qué significa ser embajador de una marca? El embajador de marca es una persona que representa la imagen de la organización ante su público objetivo. Encarna la identidad corporativa, se identifica con sus valores y se encarga de atraer a clientes potenciales generalmente compartiendo sus experiencias con los productos y/o servicios de la empresa. Los embajadores de marca realizan diferentes acciones promocionales offline y online. Pueden convertirse en una de las voces del blog corporativo, acudir a los eventos patrocinados u organizados por la marca, grabar spots publicitarios o alimentar el interés por la marca a través de publicaciones en sus redes sociales. La importancia del embajador de marca en el marketing El impacto positivo de las acciones de los embajadores de marca suele aumentar la popularidad de la empresa y, como resultado, se produce un incremento de las ventas. ¿Cómo ser embajador de una marca? Para ser embajador de una marca hay que cumplir ciertos requisitos. Ante todo, la persona debe tener una buena reputación dentro y fuera de Internet. También debe identificarse y proyectar los valores de la marca. Generalmente se busca a personas proactivas y extrovertidas con una gran capacidad de comunicación con el público objetivo. Eso significa que para ser embajador de una marca hay que cuidar mucho la imagen y ser auténtico.  Mantenerse activos en las redes sociales y conseguir una buena base de seguidores fieles es un buen comienzo. De hecho, muchas marcas están apostando por micro-influencers en nichos de mercado específicos que tengan una gran credibilidad y una conexión fuerte con su público. Existen plataformas, como Scrunch, especializadas en poner en contacto a los influencers con las marcas. Por supuesto, tener conocimientos de marketing también allana el camino para ser embajador de una marca.

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